La obra del arquitecto Peter Eisenman da un giro radical en sus planteamientos filosóficos a partir del proyecto House X (1975), donde se pasa de una estrategia proyectual centrada en el objeto, a una donde el significado y la participación del sujeto en la lectura del edificio son integrados en la concepción de la obra. Esto es correlativo de una evolución paralela en el ámbito de la filosofía, con el abandono del estructuralismo y el surgimiento de la deconstrucción.
Peter Eisenman´s work takes a radical turn in its philosophical positions with the House X project (1975), in which he goes from a project-centered design strategy, to another in which the meaning and participation of the subject in the reading of the building are integrated in the conception of the work. This is correlative of a parallel evolution in the realm of philosophy, with the abandonment of Structuralism and the rise of Deconstruction.
El arquitecto norteamericano Peter Eisenman, en su ensayo “Post-functionalism”
La arquitectura moderna, por tanto, pese a la aparente ruptura formal con los estilos históricos, y en particular con el clasicismo precedente, habría estado, en un sentido más profundo, en continuidad con aquéllos. Si bien se produjo un abandono del lenguaje clásico, se mantuvo la coherencia entre forma, uso y material, empleándose un nuevo lenguaje derivado tanto de la vanguardia pictórica como de la nueva tecnología constructiva. Posiblemente, la obra que mejor ejemplifica el sustrato clasicista de la nueva arquitectura sea la Neue Gallerie de Berlín (1962-1968), obra de Ludwig Mies van der Rohe que admite sin dificultad una lectura como reinterpretación del templo griego en clave contemporánea.
En su texto, Eisenman propone dos alternativas para la superación de este humanismo en arquitectura, las cuales se corresponderán tanto con las dos estrategias formales detectadas en sus análisis de la obra de Terragni -en particular de la Casa del Fascio y la casa Giuliani-Frigerio-, como con sendas estrategias proyectuales, cronológicamente sucesivas, que adoptará en su propia obra. De este modo, incluso puede señalarse la correlación entre las estrategias formales empleadas por ambos arquitectos.
La primera de estas alternativas consistirá en la configuración del objeto arquitectónico a partir de formas primarias básicas -aquello que Eisenman denominó «forma genérica» en su tesis doctoral de 1963-, sobre las que aplicar una sucesión lineal de transformaciones inteligibles, cuyo resultado es la “forma específica” o proyecto concreto. Este procedimiento fue empleado en la serie de casas que comprendidas entre House I y House VIII, al igual que en la Casa del Fascio en Como, obra de Giuseppe Terragni de 1933-1936.
La segunda línea consistirá en la constitución del objeto mediante una yuxtaposición de fragmentos irreductible a una unidad. El análisis de esta estrategia, observada por Eisenman en la casa Giuliani-Frigerio, será pertinente por cuanto nos da la clave para entender la operación ejecutada en House X, y por qué razón este proyecto constituye el punto de inflexión de la obra temprana de este autor -basada en un planteamiento objetivista, o estética de la producción- hacia su posterior propuesta. En esta última, el protagonismo del significado y de la interpretación de la obra durante su concepción, supondrá un desplazamiento paralelo al que se producirá en el mundo del pensamiento y de las artes: de una perspectiva estructuralista y semiótica, a un enfoque textual y hermenéutico; es decir, un viraje hacia una estética de la recepción, planteamiento proyectual en que las estrategias formales considerarán los significados que las formas puedan tener para el observador.
Las primeras obras de Eisenman, sus conocidas House I-VIII, constituyen una serie de proyectos donde se explora las posibilidades de una arquitectura cuyo significado es radicalmente expulsado del objeto. Se trata del correlato a un planteamiento de refundación disciplinar ya enunciado en su tesis doctoral de 1963, publicada bajo el título de
Las secuencias generatrices de estas casas fueron en su momento publicadas por Eisenman y son bien conocidas en la cultura arquitectónica contemporánea. Sin embargo, este planteamiento entrará en crisis por varias razones; la más importante, posiblemente, sea que, pese a los intentos de reducir la experiencia de la obra a la lectura del proceso generativo,
Se trataría de una lectura basada en la correlación entre el proceso de conformación del objeto de acuerdo con una secuencia lineal de operaciones formales, y la reducción de la experiencia de la obra al descifrado de dicha secuencia en el edificio construido. Esta recepción resulta tan lineal como el proceso mismo de conformación, cuyo agotamiento Eisenman impide introduciendo deliberadamente ambivalencias perceptivas que impiden que tal lectura alcance un final. En este sentido, estas obras primeras de nuestro autor se emparentarían con recursos análogos que él habría detectado en sus análisis de la Casa del Fascio
The casa Giuliani-Frigerio may be described as the “decomposition” of a hypothetically prior, more complex entity. Its unstable, asymmetric conditions testify to this: an element is registered in relation to a particular configuration in one view, only to be registered to a second and perhaps completely different configuration in another. When an observer attempts to coordinate the second reading with the first, the first falls away, and vice versa. This sets up a condition of oscillating readings as opposed to the alternating readings that were dominant in the Casa del Fascio. The difference between these two types of reading is crucial. In the Casa del Fascio,
Así, Eisenman distingue entre la primera línea proyectual, basada en lo que denominará “transformaciones”, u operaciones formales aplicadas sobre la forma genérica para obtener la forma específica, que será el procedimiento empleado tanto en la serie de proyectos House I-VIII como en la Casa del Fascio, y una segunda línea proyectual, basada en “descomposiciones”, que corresponderá a House X y a la casa Giuliani-Frigerio.
Es oportuno señalar que, para Eisenman, estas dos obras de Terragni, pese a sus diferencias, constituyen ejemplos de lo que él denomina “texto crítico”. En la introducción a
La idea de “texto crítico” se refiere, asimismo, al hecho de que estas obras, a diferencia del objeto arquitectónico tradicional -al menos, tal y como lo entendió la ortodoxia moderna-, no admiten una lectura lineal y unívoca; por el contrario, ofrecen lecturas múltiples, y sus elementos formales constituyen, más allá de su significado propio como elementos, marcaciones a modo de indicios que desencadenan y orientan las distintas lecturas. La imposibilidad de reunir las percepciones del edificio en una idea unitaria constituye para el observador la señal de un tipo de unidad distinto del clásico, que reconduce a nuevos procesos interpretativos, nuevas lecturas, las cuales, sin embargo, no pueden llegar a otra conclusión que a la imposibilidad de una lectura unitaria. Esta concepción de la obra propone así formas nuevas de experiencia de la arquitectura, más allá de lo conceptual o lo formal, claramente relacionadas con la noción de “texto” en el pensamiento filosófico y en la crítica literaria coetáneos a estas obras.
Esta estrategia proyectual se distanciaría así del optimismo progresista y utópico del Movimiento Moderno, tal y como se manifiesta en la vocación de legibilidad total del objeto moderno. A su vez, esta vía cuestiona, implícitamente, la capacidad de la razón humana como instrumento para el conocimiento de la realidad. Si tanto en el clasicismo del Renacimiento como en la modernidad ortodoxa una parte del enfoque humanístico de la obra radicaba en su transparencia, es decir, en que la obra se concebía como un objeto completamente inteligible para el observador, la “obra textual”, mediante su proceso mismo de conformación, persigue deliberadamente una opacidad que se pretende análoga a la condición humana en el posmodernidad, una condición en que se ha perdido la fe en la razón y su capacidad para la transformación de la realidad al servicio del hombre. El carácter textual de estas obras es “crítico” en cuanto ejerce un distanciamiento explícito de la concepción moderna. En este sentido, señala Eisenman que:
While the imagery of the post-modernists contains a covert antipathy to anything ideological, the imagery of House X is rooted in a pervasive and explicit ideological concern with a cultural condition, namely
Si a la fe en el proyecto ilustrado le correspondían las formas ideales y prístinas de la trasparencia, la comprensión total, la inteligibilidad completa de la obra del Movimiento Moderno, el final de la modernidad como abandono del mito de la autoproducción del hombre a partir de la razón ilustrada encuentra, según Kenneth Frampton,
Esta estrategia de fragmentación en Eisenman, la imposibilidad de alcanzar una lectura coherente de la obra en cuanto re-presentación
Por otro lado, es evidente que, frente a la pretendida -que no alcanzada, como hemos visto- autonomía de las primeras casas, esta preocupación “cultural” constituye un aspecto novedoso de esta fase de la obra de Eisenman.
En oposición a la transparencia conceptual de sus obras precedentes, donde la reconstrucción del proceso de transformaciones constituía un componente esencial de la experiencia del objeto, el proceso de descomposición impide tal reconstrucción. Si bien anteriormente era necesaria una secuencia inteligible de transformaciones, el nuevo proceso consistirá en una serie de estadios; a partir de una configuración inicial de carácter “heurístico” -cuya elección está motivada por su potencial para desencadenar desarrollos posibles-, se hacen elecciones sucesivas entre cursos de acción que, siendo aparentemente lógicos y consistentes con los estadios precedentes, son en realidad inconsistentes con ellos. Esto vuelve el proceso opaco, irreversible e ininteligible,
Los primeros pasos en el proceso generador de House X, tal y como los describe el propio autor, pueden servir como clarificación de lo anterior. Según Eisenman, el germen de este proyecto
Es significativo el hecho de que estos mismos recursos son detectables en la novela contemporánea, y exactamente con el mismo propósito de que la obra reproduzca, en su propia estructura, la condición fragmentada del sujeto contemporáneo y la imposibilidad de dar sentido a una realidad en la que él mismo es incapaz de construir una representación que permita comprenderla, y de la que por tanto permanece enajenado. A propósito de la novela
[...] the way in which
En realidad, y aunque pueda argumentarse a favor de la racionalidad del proceso, la sucesiva aplicación de este tipo de ambigüedades convierte la secuencia de conformación en ininteligible, o al menos sometida a un tipo de racionalidad distinto del aplicado en los proyectos anteriores. No obstante, aunque el proceso parece tan abstracto y autorreferencial como en las obras precedentes, sería al parecer esta cualidad de ininteligibilidad deliberada, de no linealidad del proceso, el que lo relacionaría con la condición posmoderna contemporánea.
Eisenman declara, además, que el emplazamiento de la casa fue considerado, por primera vez, en el proceso del proyecto. Frente a la crítica hecha por Kenneth Frampton a John Hedjuk acerca de la distinta consideración que tiene la ciudad en el proyecto de la casa a uno y otro lado del Atlántico,
En este sentido, cabe señalar cómo Eisenman repite el mismo recurso, que él declara respuesta al contexto específico norteamericano, en un contexto europeo, como es su proyecto de bloque de viviendas Checkpoint Charlie, en Berlín, en el cruce entre la Friedrichstrasse y la Rudi Dutchske Strasse. Bien es cierto que en este caso el centro de Berlín muestra igualmente una estructura de calles en cuadrícula, por lo que se realiza en este proyecto una operación análoga al modo en que la mencionada Casa del Fascio repite, en el entramado de pilares y vigas de su alzado principal, la retícula de la ciudad de Como, antigua fundación romana, sólo que invirtiéndose la relación entre sólido y vacío. Sin embargo, cabe señalar que, pese a toda la argumentación teórica de Eisenman acerca de este proyecto, es difícil que el observador desprevenido interprete las mallas ortogonales de orientación diversa que coexisten en el proyecto como materialización de la retícula de Mercator;
Por otro lado, la estructura misma de House X es también una respuesta al emplazamiento concreto. Pese a que el centro de la casa es un vacío que haría esperar un perímetro sólido, la configuración de cuadrantes en “L” produce un gradiente de densidad que disminuye desde el centro a la periferia del objeto; esto “funde” la casa con el entorno, como lo describe el propio autor.
Por tanto, vemos como el antiguo rechazo de Eisenman por cuestiones extrínsecas al objeto arquitectónico ha sido aquí abandonado en varios ámbitos: el proceso compositivo pretende re-presentar la crisis de la condición moderna y la razón ilustrada; la casa repite de modo fractal la estructura del territorio en que se asienta; en el ámbito local, pretende integrarse en el entorno inmediato también mediante la configuración formal adoptada. Este proyecto, por tanto, constituye un punto de inflexión en la obra de Peter Eisenman, dado que en ella se produce, de un modo muy claro, el abandono de la línea teórica anterior, que concebía la experiencia estética del objeto como dependiente exclusivamente de sus propiedades formales, negando o excluyendo el papel de la subjetividad del espectador en dicha experiencia; en su lugar se plantea que la experiencia se concibe -de un modo mucho más actual y completo- como una interacción entre el objeto artístico y el sujeto espectador, donde el significado, lejos de excluirse de su lectura, es incorporado en la concepción de la obra como uno de sus ingredientes irrenunciables. Esta segunda directriz supondrá para Eisenman el abandono definitivo de su estética objetual inicial, a favor de planteamientos que contemplarán la recepción del objeto por parte del observador, los cuales marcarán en adelante toda su obra teórica futura.
Un ejemplo de las estrategias proyectuales concebidas por nuestro arquitecto en su “segunda época” lo constituiría el concepto “difuminado” (
Por tanto, aún en su última obra teórica, Eisenman sigue enfrentándose a temas ya presentes en sus primeros escritos: si en la obra temprana la linealidad de la lectura se evitaba mediante el recurso explícito de la ambivalencia perceptiva y el implícito de la complejidad formal misma, en esta propuesta se trata de superponer, o más bien, hacer interactuar con los ingredientes tradicionales de la arquitectura, un tercer elemento distorsionador en la configuración del objeto. Elemento cuya intervención en el proceso sería, igualmente, sincrónica con los anteriores, en orden a constituir un momento integral para la unidad final y no una mera superposición, pues la mera superposición permitiría una lectura analítica de este momento y cancelaría toda posible polisemia derivada de su introducción.
Al respecto, puede considerarse la obra de Peter Eisenman como un valioso esfuerzo por dotar al objeto arquitectónico y a la práctica arquitectónica misma de un sentido desterrado de la banalidad de buena parte de la producción contemporánea.
Peter Eisenman, “Post-functionalism”, en
Peter Eisenman,
Esta terminología de “forma genérica” y “forma especifica” es tomada por Eisenman de la lingüística generativa de Noam Chomsky, quien distingue entre estructura profunda y estructura superficial del lenguaje, con un sentido análogo al empleado por Eisenman en el ámbito de su propuesta. Cabe señalar que se ha criticado esta teorización del planteamiento porque la analogía, explicitada por el propio Eisenman, no es correcta. Sin embargo, el arquitecto ha respondido señalando que tales analogías en arquitectura tienen un valor más heurístico que teórico
Rafael Moneo,
Peter Eisenman,
“La casa Giuliani-Frigerio puede describirse como la ‘descomposición’ de una entidad hipotética
Peter Eisenman,
“El marco analítico a través del cual ambos edificios [Casa del Fascio y casa Giuliani-Frigerio] son interpretados es, por el contrario, al menos parcialmente determinado por la naturaleza especifica de las obras mismas” (traducción mía). Peter Eisenman, Giuseppe Terragni, 10.
Lo que recuerda a la oposición gadameriana entre verdad y método, que da título a la obra de Hans-Georg Gadamer de 1962: el método, en cuanto sistema de reglas
“Mientras que la imaginería posmodernista contiene una antipatía encubierta por toda forma de ideología, la imaginería de la House X esta enraizada en una preocupación ideológica explicita por una condición cultural, a saber,
Peter Eisenman,
La reaparición del motivo de la ruina constituye un rasgo más que emparenta al posmodernismo con el Barroco histórico y con el mismo sentido de escepticismo por la capacidad de la razón humana y de fugacidad de la obra del hombre.
Re-presentación que no ha de entenderse, evidentemente, en el sentido de mimesis tal y como esta se ejerce en las artes premodernas, sino como correlato de las condiciones de producción contemporáneas.
Theodor W. Adorno,
Cabe señalar que, en el ámbito del pensamiento filosófico en habla hispana, este contraste encuentra un paralelo en la polémica entre José Ortega y Gasset y Miguel de Unamuno a comienzos del siglo XX: mientras el primero era partidario de la ciencia europea, el segundo era enormemente escéptico acerca del potencial liberador de esta. El tiempo ha acabado por dar la razón al segundo, quien, si bien en la época debió aparecer como el lado conservador de la polémica, fue en realidad quien poseyó la clarividencia suficiente para prever las insuficiencias de la cultura científico-técnica.
Peter Eisenman,
Ver por ejemplo, Hans-Georg Gadamer,
Peter Eisenman,
Peter Eisenman,
Ver Peter Eisenman,
“[...] el modo en que el tipo de lectura que esta novela impone hace virtualmente imposible para nosotros alcanzar y tematizar esos ‘sujetos’ oficiales que flotan sobre el texto pero no pueden ser integrados en nuestra lectura de las frases. En ese sentido, la novela no sólo resiste la interpretación, sino que está organizada sistemática y formalmente para hacer cortocircuito en cualquier tipo anterior de interpretación social e histórica. Cuando recordamos que la teoría crítica y el repudio de la interpretación como tal es un componente fundamental de la teoría posestructuralista, es difícil no concluir que Doctorow de algún modo ha construido esta tensión misma, esta contradicción misma, en el interior del flujo de sus frases” [traducción y énfasis míos]. Fredric Jameson, Postmodernism, or, the Cultural Logic of Late Capitalism (Londres: Verso, 1992), 23.
Ver Peter Eisenman,
Es importante señalar que esta cualidad “fractal” de la forma arquitectónica, que constituye por otro lado un principio de unidad formal perfectamente consolidado como “metafísica” de la arquitectura de todos los tiempos, notablemente en el clasicismo, es operativo solo a nivel metafórico, dado que la idea matemática de fractal se refiere a objetos de “dimensión fraccionaria”. La dimensión fraccionaria requiere un numero infinito de elementos, por lo que obviamente no se da en un objeto arquitectónico, con un número finito de componentes.
“Como si el ámbito publico -un elemento externo- fuese introducido en el interior mismo de una casa privada. La forma en cruz se convierte en una
Tomo este dato del comentario de Rafael Moneo acerca de este proyecto; ver Rafael Moneo,
Ver Rafael Moneo,
Ver Peter Eisenman,
Ver Peter Eisenman,