Aun cuando los objetos arquitectónicos no son elementos planos e inmutables, en los últimos siglos se los ha representado a través de dibujos planos: plantas, cortes y fachadas. Existen otras maneras de plasmarlos, basadas en el espectador y en sus habilidades para completar el resto de la información que las dos dimensiones del dibujo no proporcionan; ejemplo de ellos son las perspectivas y el sistema axonométrico. Aunque, de acuerdo con nuestra percepción actual, los dibujos perspectivados pueden lograr grandes resultados para representar la realidad, el croquis es más utilizado por la facilidad y rapidez con que se hace, a pesar de sus imprecisiones. Trazar un croquis en un pedazo de papel cualquiera es un paso que muchos consideramos indispensable en los procesos arquitectónicos.
Se han utilizado diferentes técnicas más especializadas que buscan representar la realidad tal como la vemos. Éstas aprovechan los procedimientos ópticos de nuestra visión; mediante presentar a cada ojo una imagen ligeramente diferente, se consigue apreciar la profundidad y textura del espacio real. Cuando dibujamos una perspectiva, al final de cuentas lo hacemos a partir de la imagen resultante -como si tomáramos una fotografía-, por lo tanto consiste en una proyección plana que no logra por completo ser percibida como una imagen en tres dimensiones. De acuerdo con Koffka, “aun cuando se mire monocularmente, no da la misma impresión de profundidad vívida que el mismo dibujo mirado a través de un estereoscopio con paralaje binocular.”
Con el propósito de crear la sensación de profundidad en las imágenes, las técnicas estereoscópicas logran el efecto deseado con éxito imitando la visión binocular por medio de dos imágenes tomadas desde dos puntos de vista ligeramente diferentes. Aunque Wheatstone (1838) inventó el estereoscopio para poder visualizar los dibujos geométricos que realizaba, rápidamente se volvió casi exclusivo de la fotografía, a pesar de que existe la capacidad de producir imágenes estereoscópicas en más de un medio. Los primeros libros con esta clase de imágenes eran justamente guías o estudios donde explicaban las mejores condiciones para tomar fotografías de este tipo, como en
Una forma de aplicar tales técnicas es con los anaglifos, el par de dibujos con dos colores diferentes -usualmente rojo y azul o rojo y verde- y que son vistos a través de filtros cromáticos unifican ambos dibujos en una sola imagen. Actualmente utilizados en libros infantiles, cómics y en el cine comercial, han sido clasificados como técnicas con fines lúdicos por ser interactivos, pues no sólo permiten percibir la profundidad, sino también un ligero movimiento en la imagen estática.
En la arquitectura se ha utilizado principalmente como una herramienta en la enseñanza de la geometría descriptiva, desde
Tal es el caso de
Si concebimos a la geometría descriptiva como un lenguaje que proporciona las características de los objetos, la estereografía es una herramienta que nos permite traducir y aprender, pues la oportunidad de ver las imágenes en tres dimensiones facilita la distinción entre los planos X, Y y Z. A pesar de la posible utilidad de estos dibujos en cursos de geometría descriptiva o en la representación de obras arquitectónicas, hay pocos ejemplos de arquitectos o artistas que hayan explotado el potencial de la representación de imágenes 3D sin usar los medios digitales. Aquéllos que lo han logrado en parte ha sido gracias a que han creado sus propios mecanismos que les permiten dibujar el par de imágenes al mismo tiempo, simples máquinas hechas en casa con materiales como madera y plástico. Han sido principalmente físicos y expertos en efectos ópticos quienes han experimentado con diferentes dispositivos mecánicos. Tal es el caso del neu rólogo Richard Gregory, quien en su libro
Sylvain Arnoux, arquitecto francés, es de los pocos profesionales del gremio que ha explotado un poco el potencial de los dibujos 3D en la arquitectura, como lo demuestra la recopilación de sus libros del año 1997 llamada
Sin la ayuda de estas invenciones, poder dibujar anaglifos es una tarea de éxito difícil por los diferentes requerimientos técnicos para conseguir el efecto deseado. Alfredo Aguilar, en un estudio donde analizó diferentes publicaciones que usan anaglifos, ha expuesto los aciertos y errores en su reproducción;
En cuanto a los dibujos manuales, a la fecha se puede considerar un producto especializado y casi artesanal que pocas personas saben hacer. No obstante, novedosos softwares han hecho posible crear anaglifos sin pasar horas dibujando o buscando el ángulo perfecto para tomar fotografías. Al mismo tiempo, han surgido retos, como la dificultad de las tintas comerciales para una total integración de los anaglifos bicolor en medios impresos, así como las patentes de los filtros cromáticos. Aun con nuevas herramientas disponibles como los programas especializados que transforman simples dibujos de vectores en anaglifos automáticamente, los dibujos 3D en sus múltiples presentaciones no han sido explotados del todo; muchas veces se utilizan como un recurso estético y no para facilitar la comprensión de las obras.
La realidad virtual, cada vez más accesible y con mayor capacidad de inmersión, será el futuro de las imágenes 3D o hasta 4D, no sólo para películas y videojuegos, sino también para los medios impresos, que, combinados con teléfonos celulares, computadoras y otros artefactos inteligentes, tendrán una presencia creciente en la vida diaria. Si bien la representación 3D no reemplaza la experiencia real de vivir un espacio, aún tiene mucho potencial, no sólo para obras arquitectónicas nuevas, sino también para obras existentes pero inaccesibles o para aquéllas que se han perdido con el paso del tiempo.
Kurt Koffka,
Antoine Claudet,
Henry Viubert,
Ver Pedro M. Cabezos Bernal y Juan J. Cisneros Vivó, “La estereoscopía en los libros de geometría descriptiva,”
Richard L. Gregory,
Ver Vladimir Tamari, “Vladimir Tamari’s Stereoscopic Drawing Instruments,” entrevista por Jean Poulot para Stereo World (marzo-abril 2006): 16-21, consultado el 15 de agosto de 2019,
Ver“Sylvain Arnoux,” Alpes-Stereo, modificado el 6 de diciembre de 2015,
Alfredo Aguilar,
Fotografías: José Manuel Márquez Corona