Elecciones en México 2018: entre el fraude anunciado y la cuarta rebelión ciudadana
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Resumen
Las elecciones federales de 2018 en México, apuntan a ser un proceso histórico, que ocurre en un contexto de crisis económica, política, social y humanitaria. Pero no está en juego el fin del modelo neoliberal, sino a lo más, nuevos énfasis distributivos, ajustes institucionales, además de cambios en el peso y la composición de los actores políticos. A diferencia de los procesos del “progresismo” en Latino América, aún con un candidato reconocido como perteneciente a la izquierda, en México habría lugar para afirmar que la disputa formal es entre tres coaliciones conservadoras, bajo el telón de fondo de una tendencia a la militarización de la vida política nacional. El proceso electoral transcurre entre preparativos de fraude por el Gobierno de Peña Nieto y un enorme malestar social nacional, lo que puede derivar en condiciones de crisis amplificada. Los límites del cambio están fijados, coyunturalmente, por la dinámica de los actores políticos y las reglas de participación; estructuralmente, por el desempeño contradictorio de la economía norteamericana y la crisis económica encubierta que vive la economía mexicana. Pero la crisis política doméstica sólo podrá dar lugar a un cambio de modelo orientado más al desarrollo del mercado interno, si se agravan las condiciones prevalecientes en la economía global.
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