Infección fetal intrauterina

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Javier Soberón Acevedo

Resumen

Las enfermedades intercurrentes suponen una doble agresión para la mujer embarazada, primero porque pueden ser perjudiciales para el proceso de la gestación y segundo, porque la existencia del embarazo puede alterar la evolución natural de la propia enfermedad. En general puede afirmarse que la mayor parte de las infecciones se agravan con el embarazo y ellas a su vez ejercen acción adversa sobre éste. La razón de esta doble acción se desconoce y aunque existe la creencia general de que el embarazo constituye una sobrecarga para el organismo, razón que parece lógica, este hecho no ha podido ser completamente comprobado; en cambio son evidentes las alteraciones somáticas que se producen tanto en las glándulas de secreción interna y en el volumen sanguíneo, como en las reservas de proteínas, calcio e hígado que se ven sometidas a un gasto excesivo; la nutrición se desorganiza a veces por náuseas y vómitos y el esfuerzo físico necesario para soportar el peso del contenido uterino puede ser considerable. Parece ser que el conjunto de estos factores puede explicar la mayor gravedad que la infección alcanza en las mujeres embarazadas.

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