DE PRÍNCIPES A MENDIGOS. LA BIOTIPOLOGÍA APLICADA A LA INFANCIA INDÍGENA EN EL MÉXICO POSREVOLUCIONARIO
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Resumen
Nos apoyamos en el libro Pescadores y campesinos tarascos, publicado en 1943 por José Gómez Robleda, para demostrar que la biotipología aportó al indigenismo argumentos científicos para fortalecer su discurso de que era necesario proteger a los nativos de su propia realidad sociocultural. El autor y sus colaboradores aplicaron exámenes biométricos y test de inteligencia a indígenas de la etnia p’urhépecha de Michoacán (en la región del lago de Pátzcuaro y la Meseta). Los adultos indígenas eran considerados pueriles, por toda una historia de opresión que quedaba plasmada en un deficiente funcionamiento endocrino, lo cual los hacía poco aptos para una vida satisfactoria. Los infantes, por el contrario, daban muestras de ser superiores a los muchachos mestizos e incluso poseían mayor capacidad de atención que los maestros de las ciudades (eran unos “príncipes”). Para llevar la modernidad a los pueblos originarios había que apartar a los jóvenes, a una edad temprana, de sus comunidades.